Las Baby Boomers (mujeres nacidas entre los años 1946 y 1965) creemos que somos una generación especial. Es más, nos denominan la generación puente por estar insertada entre la generación silenciosa, los cuales son rígidos y respetuosos de las reglas morales, y la generación posterior que se consideran jóvenes por siempre. Nosotras estamos comprometidas con “el buen envejecer”, nos gusta cuidar de nuestra salud, de nuestra economía, tomamos nuestras propias decisiones y disfrutamos de una vida social activa.
A nosotras nos agrada estar bien y sentirnos cada vez mejor, ser mayor no representa realizar grandes renuncias, somos conscientes de lo que representa el bienestar personal, familiar y social, es por eso que deseamos vivir en las mejores condiciones posibles. Estamos en una etapa en la cual ejercemos la libertad siendo responsables de nuestra salud, además nos encanta darnos gusto, comer bien, saludable y delicioso.
Nosotras sabemos que con el paso de los años, nuestro cuerpo pierde la capacidad de producir colágeno y este deterioro afecta articulaciones, huesos, músculos y nuestra piel. Y, aunque en broma decimos: “no estamos viejas, sino crocantes”, empezamos a incluir en nuestra dieta diaria alimentos ricos en colágeno tales como: frutos secos, verduras, pescado, carnes magras, huevo y gelatina entre otros.
Es por eso que decimos que envejecer no es renunciar, sino vivir esta etapa de la vida como nos la merecemos; disfrutando de nuestro tiempo libre, cuidando nuestro cuerpo y nuestra salud, no para obtener la aceptación de otros, sino nuestro bienestar. Comer sano significa aportar a nuestro organismo las proteínas que ya no produce con la misma eficiencia sin renunciar a la dulce gratificación de un delicioso sabor.