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Alimentación funcional - Incauca

Una rutina de ejercicios, por favor

El sedentarismo y el azúcar son incompatibles; 5 de cada 10 colombianos aún no se deciden por el ejercicio, y muchos dicen ser “gorditos felices”, ya entendimos el porqué de esta afirmación y lo que tiene que ver con el azúcar.

Por: Pilar Serrano Galvis. Nutricionista-Dietista. Directora Técnica Functional Corp. Corporación para la alimentación funcional.

En la teoría del círculo del descontento, la obesidad es el resultado del consumo excesivo de alimentos de bajo costo y alto aporte calórico para “mitigar” la insatisfacción; estudiar la relación entre felicidad y satisfacción – pensar y sentir que la vida va bien -, se mide como “bienestar subjetivo” e incluye las dimensiones cognitiva y afectiva. Personas que reporten altos niveles de bienestar subjetivo, suelen ser más saludables, se les puede predecir un estado inmunológico fuerte, más salud cardiovascular, viven más tiempo, afrontan mejor el estrés crónico, tienen mejores relaciones sociales y son más productivos (Liu, Xu, & Hagedorn, 2020).

Diversas investigaciones subrayan la utilidad de los indicadores de bienestar en la investigación científica contemporánea, especialmente para proponer estudios y estrategias de intervención. Un alto nivel de bienestar subjetivo está asociado al logro del potencial humano más que al placer, es decir, involucra los sentimientos y las emociones relacionadas con avanzar hacia la autorrealización, a dar sentido a su vida (Ryff, 2014), más que la felicidad desde la perspectiva hedonista en la que el bienestar se explica desde las vivencias que maximizan el placer y minimizan las sensaciones displacenteras.

En países con bajos ingresos, donde buena parte de la población está en inseguridad alimentaria, el sobrepeso es más frecuente en los grupos con mejor nivel socioeconómico; pero se presentan discrepancias tales como, que mientras los adultos reporta un alto nivel de satisfacción, los adolescentes muestran baja autoestima y poca felicidad (Liu, Xu, & Hagedorn, 2020).

En China, una cultura que favorece “la gordura” como signo de belleza y salud desde la dinastía Tang en el siglo VII, y entre quienes aún hoy existe la percepción que la felicidad engorda, se realizó un estudio con el fin de proporcionar nuevas perspectivas para la literatura sobre la obesidad y la sensación de bienestar (Chopik & O’Brien, 2016). Los resultados muestran que un alto índice de masa corporal (IMC), es decir, estando al menos 10% por encima del peso ideal, se asocia a mayor presión, estigma y estrés psicológico como generador de ansiedad, afectos negativos e insatisfacción corporal; al parecer estos factores comportamentales pueden desencadenar una ingesta emocional excesiva cayendo en el circulo vicioso entre el desequilibrio psicológico y la alteración en los mecanismos fisiológicos, naturales, para controlar el peso (Liu, Xu, & Hagedorn, 2020).

El efecto de la felicidad en la salud es naturalmente conductual y casi que determina el estilo de vida; sentirse satisfecho es un estado altamente energizante y facilita la motivación, la acción y el compromiso; por lo tanto es más probable que las personas felices hagan ejercicio, controlen su peso, tenga actividades de ocio estimulantes y adopten estilos de vida saludables (Chopik & O’Brien, 2016) una mejora aceptación de la realidad, con consciencia, sin dar lugar a pensamientos negativos automáticos y libres de juicios.

 

Hábitos alimentarios saludables protegen contra las tentaciones

 

¿Y, es buscando la felicidad que la gente consume alimentos ricos en azúcares?

Existen estrecha relaciones entre los sabores y las emociones. En la teoría de metáforas conceptuales, la experiencia gustativa es una forma de materializar conceptos abstractos, físicamente en el cuerpo; es común que las personas asocien el sabor dulce con el amor, y en general con emociones positivas y el amargo con la tristeza o angustia, emociones negativas. Esto es evidente en diferentes culturas e idiomas, desde pasajes de la biblia hasta poemas de la antigua China (Laolao Pavillion, de Libai) asociando sabores con palabras cargadas de emoción y en una relación bidireccional entre la emoción y el sabor (Zhou & Tse, 2020).

Pareciera que se va estableciendo un círculo vicioso, entre una emoción negativa, consumo excesivo de calorías dulces – como una búsqueda hedónica de la felicidad –, estilo de vida sedentario, sobrepeso y malestar subjetivo que refuerza los pensamientos negativos, reiniciando y perpetuando el espiral que conduce a la aparición de las enfermedades crónicas no transmisibles, es decir, convirtiendo un estado de bajo bienestar subjetivo en afectaciones físicas de la salud, como es el síndrome metabólico.

Es por esta suma de condiciones que los consumidores asocian el consumo de azúcar – el nutriente alimentario que fácil y rápidamente se convierte en energía para las células – con la fuente de calorías más fácil de eliminar a la hora de controlar los factores de riesgos en salud, asociados al sobrepeso y la obesidad; como he tratado de describir hasta aquí, hay factores socioculturales y comportamentales fuertemente arraigados en que la población con mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas no transmisibles, opte por alimentos y bebidas con sabor dulce y que aportan más calorías.

Sin embargo, hoy en día es muy fácil modular el consumo de calorías dulces en función del nivel de actividad física de una persona. En la medida que existen en el mercado opciones para endulzar con el menos 3 niveles de aporte calórico por porción (Azúcar de Caña: 10 calorías; Incauca Ligth: 5 calorías; Incauca Zero: 0 calorías), el consumidor debe estar en capacidad de escoger alguna de estas tres opciones de acuerdo al momento del día y de su nivel de sedentarismo o actividad física.

Un comportamiento sedentario se refiere a hábitos de vida de bajo gasto de energía, con largos periodos de tiempo en una misma posición, sentado o acostado, ya sea en el trabajo, en el hogar o incluso en actividades de ocio. Una medida para cuantificar el gasto de energía con base en alguna actividad física es el gasto metabólico en reposo – GMR (MET por su sigla en inglés); correr tiene un valor mínimo de 8 GMR/METs, caminar a paso moderado entre 3 y 4 GMR/METs, y un comportamiento sedentario es menos de 1.5 GMR/METs; por su parte el nivel de actividad física se define según al tipo de actividad, frecuencia, intensidad y el tiempo de dedicación (Tremblay , Colley , Saunders, Healy , & Owen, 2010).

No ha sido fácil estandarizar una forma de cuantificar la actividad física y/o sedentarismo a nivel poblacional, pero en general se tiene en cuenta el tiempo de uso de un automóvil, “horas asiento”, tiempo en casa y tiempo de uso de pantallas; mientras que sí hay evidencia de los efectos del comportamiento sedentario en la disfunción metabólica, aumento de los triglicéridos en sangre, disminución de los niveles de colesterol bueno (HDL) y deficiencia de la funcionalidad de la hormona clave para utilizar los azúcares de la dieta: la insulina (Tremblay , Colley , Saunders, Healy , & Owen, 2010).

A nivel global, promover la felicidad está apareciendo como una prioridad para la salud pública en muchos países, siendo el cambio intencional de conducta el único predictor de éxito entre todos los factores que ya hemos venido describiendo. La actividad física ha sido identificada como una estrategia que puede inducir felicidad, incluso como indicador de crecimiento económico para un país. Un estudio realizado en varios países de Europa, encontró fuerte asociación entre actividad física y felicidad, con diferentes tipos y grados de intensidad de ejercicio; esto coincide con evidencia acerca del efecto negativo tanto del sedentarismo como de los trabajos que implican bajo esfuerzo físico (Richards, y otros, 2015).

Así que, una rutina de ejercicio por favor… No es el azúcar el que te hace más feliz, es el ejercicio.

Bibliografía

Liu, Y., Xu, L., & Hagedorn, A. (2020). How is obesity associated with happiness? Evidence from China. Journal of Health Psychology. 

Chopik, W. J., & O’Brien, E. (2016). Happy You, Healthy Me? Having a Happy Partner Is Independently Associated With Better Health in Oneself. Health Psychology. 

Zhou, Y., & Tse, C.-S. (2020). The Taste of Emotion: Metaphoric Association Between Taste Words and Emotion/Emotion-Laden Words. Front Psychol. 

Throsby, K. (2018). Giving up sugar and the inequalities of abstinence. Sociology of Health and Illness, 954 – 968. 

Ryff, C. D. (2014). Psychological Well-Being Revisited: Advances in Science and Practice. Psychother Psychosom, 10-28. 

Tremblay , M. S., Colley , R. C., Saunders, T. J., Healy , G. N., & Owen, N. (2010). Physiological and health implications of a sedentary lifestyle. Appl Physiol Nutr Metab, 725 – 40. 

Richards, J., Jiang, X., Kelly, P., Chau, J., Bauman, A., & Ding, D. (2015). Don’t worry, be happy: cross-sectional associations between physical activity and happiness in 15 European countries. BMC Public Health. 

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